Noticia
07-12-2021
El cockpit del Audi RS Q e-tron: un centro de control de alta tecnología
.- Distribución de competencias: piloto y copiloto comparten el control
.- Todo a la vista: desde las funciones de manejo del vehículo a la navegación
.- Desafío en los deportes off-road: la orientación como un factor competitivo
Madrid, 7 de diciembre, 2021 – Un vistazo al interior del Audi RS Q e-tron recordará a cualquier aficionado a los coches a la cabina de un avión, con pantallas y displays que se extienden a lo ancho del salpicadero. Solo con su ayuda, el conductor y su copiloto podrán recorrer de forma rápida y con garantías de éxito miles de kilómetros a través del desierto.
Originalmente, en los rallies campo a través se establecía una clara división de tareas: el piloto conduce y el copiloto navega. Sin embargo, hace tiempo que estos papeles han cambiado. En la actualidad el reglamento limita las tareas de navegación con opciones y reglas muy precisas, y el antiguo roadbook en papel para seguir el recorrido ahora es digital. Con su concepto de control y manejo, el Audi RS Q e-tron redistribuye varias funciones entre el conductor y el copiloto.
Manejar el volante, acelerar y frenar son las principales tareas de Carlos Sainz, Mattias Ekström y Stéphane Peterhansel, que se concentran totalmente en el terreno. Ya no tienen que cambiar de marcha, porque el sistema de propulsión eléctrica con convertidor de energía del Audi RS Q e-tron no requiere de una transmisión manual. En el centro del puesto de conducción se encuentra la palanca del freno de mano, realizada en aluminio y acoplada al innovador sistema brake-by-wire, que combina el freno hidráulico con un sistema de recuperación de energía. De este modo, la acción de tirar del freno de mano, al igual que al frenar con el pie, también contribuye a recuperar energía. Pero el principal propósito del freno de mano en los rallies es inducir el deslizamiento del RS Q e-tron antes de las curvas mediante un breve bloqueo de las ruedas traseras que obliga al coche a girar y permite que los cambios de dirección sean especialmente ágiles.
Hay ocho botones en el volante, situados directamente delante del conductor. Entre otras cosas, controlan el claxon, los limpiaparabrisas y las entradas de datos en el software si el piloto quiere registrar una anomalía en el sistema mediante una marca de tiempo en la memoria. También se puede activar desde el volante el limitador de velocidad para las zonas en las que se prescribe una velocidad máxima. Detrás del volante y en el campo de visión inferior del conductor se ubica una pantalla que proporciona información sobre la presión de los neumáticos, el sentido de la marcha seleccionado por la transmisión eléctrica continua (hacia delante, hacia atrás o en punto muerto) y la velocidad actual. También muestra alertas para que el piloto pueda reaccionar inmediatamente en el caso de que, por ejemplo, se detecte una parada inminente del sistema o se desconecte la batería de alto voltaje. Dos pequeños displays instalados por encima y hacia el parabrisas funcionan a modo de “repetidores” y aportan información esencial en el campo de visión: a la izquierda se muestra la dirección que indica la brújula, mientras que a la derecha aparece la velocidad a la que se circula.
Una pantalla situada justo en el centro del salpicadero, entre el conductor y el copiloto, ofrece información sobre la presión de los neumáticos, el reparto de frenada, el sistema brake-by-wire y muchas otras funciones. La información se resalta en color verde mientras los distintos sistemas funcionan de forma correcta, o en rojo cuando se produce un error. Debajo de esta pantalla se localiza un panel de interruptores cuyas teclas individuales reaccionan de forma sensible al tacto con un punto de presión. Audi ha programado diversas funciones en las 24 zonas de libre asignación predefinidas: por ejemplo, las velocidades máximas preseleccionadas habituales en las zonas de límite de velocidad, o el accionamiento del aire acondicionado. Se pueden configurar diferentes niveles para que los 24 botones admitan distintas asignaciones, desplazando al final las funciones menos frecuentes. Por ejemplo, en caso de avería, desde estos botones es posible desconectar algunos sistemas para llegar con seguridad al destino de la etapa en modo de emergencia (“fail safe”).
El manejo de este panel de interruptores corresponde al copiloto, a requerimiento del piloto. Además de su tarea principal, que es la navegación, el control de estos sistemas ha de hacerse de forma impecable mientras se circula por terrenos accidentados a velocidades de hasta 170 km/h, por lo que el copiloto asume una gran responsabilidad. “Ahora sólo dedico la mitad de mi energía a la navegación y concentro la otra mitad en el control y el manejo de los sistemas del coche, pero me encanta este nuevo reto”, declara Edouard Boulanger, copiloto de Stéphane Peterhansel.
El recorrido de la siguiente etapa ya no se publica la víspera, como en el pasado. Los equipos sólo reciben esta información cada mañana, 15 minutos antes de la salida de la etapa. Emil Bergkvist, que comparte cockpit con Mattias Ekström, considera que esto es una ventaja: “Como piloto, vengo de los rallies clásicos al sprint. Pero para mí este es el momento ideal para pasar a los raids como copiloto, porque incluso los que ya tienen experiencia en esta disciplina tendrán que acostumbrarse a estas nuevas reglas”.
Recibir la información del recorrido con poca antelación, así como el cambio a un formato de libro de ruta digital, plantea grandes desafíos. Para orientarse en el terreno y, al mismo tiempo, mantener la ruta prescrita, los tres copilotos, Emil Bergkvist, Edouard Boulanger y Lucas Cruz, tienen que consultar las pantallas de dos tablets que sustituyen a los anteriores roadbooks de papel, que se manejan con dos mandos a distancia conectados por cables. En el display de la izquierda, el libro de ruta muestra el recorrido. Sólo en caso de fallo de esta tablet la tripulación puede recurrir al roadbook de papel, que inicialmente se suministra sellado; de lo contrario, se enfrentan a una sanción. La tablet situada a la derecha contiene la navegación GPS y valida los waypoints digitales a los que cada participante debe dirigirse. Cuando el coche llega al radio de un waypoint, el conductor también ve las flechas de dirección en la pantalla que tiene a su derecha, debajo del parabrisas.
La mayor diferencia con el sistema de navegación que se utiliza en los coches de serie, en los que el dispositivo ayuda a encontrar los destinos con la mayor precisión posible en el tráfico por carretera, es que la navegación en los rallies campo a través debe seguir siendo un reto deportivo. Junto con la actuación del piloto, determina el éxito y la derrota. Por ello, el organizador sólo refleja en el roadbook direcciones a seguir con la brújula, distancias, pictogramas, indicaciones especiales y advertencias de peligro. Por lo tanto, el sistema de navegación en este tipo de competición es sólo una ayuda limitada para los equipos. Al mismo tiempo sirve al organizador como instrumento de control, ya que permite comprobar si los participantes han respetado la ruta y la velocidad en las zonas de control de velocidad a lo largo de cientos de kilómetros en terreno abierto.
El cockpit se completa con el sistema Iritrack en la consola central, para los primeros auxilios en caso de emergencia. Con esta tecnología, la organización registra la velocidad, la posición actual del vehículo y puede detectar posibles accidentes. En caso de emergencia el copiloto puede informar directamente si los pasajeros están ilesos, si necesitan asistencia médica o si el equipo de rescate debe ayudar a otro participante que haya sufrido un accidente.
La precisión extrema, la velocidad y la gran cantidad de tareas a realizar caracterizan el trabajo digitalizado en el modernísimo puesto de conducción del Audi RS Q e-tron. Y, sin embargo, incluso en los rallies campo a través, es el factor humano el que determina el éxito deportivo.