Noticia
27-02-2008
Nuevos Audi TT Coupé y Roadster diesel
Con el nuevo Audi TT provisto de un propulsor TDI, Audi vuelve a subir el listón. En él se combinan pura deportividad y alta potencia con una eficiencia sensacional. El Audi TT Coupé 2.0 TDI quattro y el Audi TT Roadster 2.0 TDI quattro son los primeros deportivos de serie propulsados por un motor Diesel. Una combinación que convence a la primera. El nuevo cuatro cilindros de dos litros garantiza con sus 170 CV de potencia y 350 Nm de par motor una propulsión muy dinámica. A pesar de ello, el TT Coupé y el TT Roadster presentan un consumo medio de tan sólo 5,3 y 5,5 litros a los 100 km respectivamente; un reducido valor inimaginable hasta el momento en el segmento de los deportivos.
En cuanto a la síntesis de elevada dinámica y bajo consumo, Audi viene marcando la pauta desde hace ya muchos años. Desde su debut en 1989, los motores TDI de la marca de los cuatro aros no han parado de abrir camino en la tecnología de eficiencia con más éxito del mundo ni de crear tendencia para toda la industria automovilística. Potentes, refinados y muy económicos en su consumo: los TDI representan hoy por hoy la deportividad más moderna e inteligente. La estela de victorias que dejó tras de sí el deportivo de competición Diesel Audi R10 TDI tanto en las 24 horas de Le Mans como en las American Le Mans Series corroboraron de modo impactante el alto potencial de esta tecnología.
Por su especial dinámica, los motores Diesel de Audi también fascinan en la producción de serie, y ahora además en los modelos deportivos. El TT Coupé quattro con motor 2.0 TDI esprinta de los 0 a los 100 km/h en tan sólo 7,5 segundos, alcanzando una velocidad punta de 226 km/h. El Audi TT Roadster, equipado asimismo con tracción integral permanente quattro, necesita apenas una décima de segundo más para realizar el mismo sprint; su velocidad punta alcanza los 223 km/h. Con un valor de consumo entorno a los 5,5 litros a los 100 km, equivalente a un nivel de emisiones de CO2 de sólo 145 g/km, ambas variantes son el vivo ejemplo del éxito alcanzado por la estrategia de eficiencia de Audi.
Potente, refinado y eficiente: el 2.0 TDI
El nuevo cuatro cilindros TDI con sus 1.968 cc de cilindrada reinterpreta las más que convincentes cualidades del concepto TDI. El dos cilindros, con sus dos árboles de levas, lleva aún más allá las grandes ventajas de su predecesor, el motor Diesel más montado del mundo: el placer de conducción, la economía de consumo y el refinamiento de marcha.
El nuevo sistema de inyección common rail va equipado con inyectores piezoeléctricos de última generación. Sus boquillas inyectoras de ocho orificios son capaces de realizar hasta cinco inyecciones independientes por carrera del pistón: la precisión de esta modulación conlleva un suave aumento de la presión dentro de las cámaras de combustión, reduciendo así el nivel de ruidos decisivamente. La presión de inyección en el sistema es de 1.800 bar; la consiguiente dispersión extremadamente fina del combustible garantiza una combustión exacta y de alta eficiencia.
Asimismo, el turbocompresor es de nueva generación y opera mediante álabes regulables en beneficio de un desarrollo más rápido del par. El colector de admisión integra válvulas de turbulencia, cuya posición está controlada por motores eléctricos a fin de ajustar el suministro de aire en función de la carga y del régimen. En el motor mismo se ha modificado la geometría de los pistones y se ha revisado la acústica de la transmisión por correa dentada. Al igual que en el motor predecesor, dos árboles de equilibrado reducen las vibraciones que surgen en el mecanismo de biela-manivela.
Como resultado, tal concentración de progreso da lugar a un elevado par motor máximo de 5.000 rpm y, especialmente, a una termodinámica mejorada en las cámaras de combustión. Ésta última permite que el motor funcione con una tasa del 60 por ciento de recirculación de los gases de escape, que un radiador de agua se encarga de enfriar intensamente. Las emisiones brutas de dióxido de nitrógeno se ven así drásticamente reducidas: el 2.0 TDI cumple ya hoy los valores límite establecidos por la futura normativa europea EU 5.
Dinámicas: las prestaciones de marcha
El 2.0 TDI montado en el Audi TT Coupé y en el Audi TT Roadster rinde una potencia de 170 CV (125 kW) a 4.200 rpm y genera un poderoso par de 350 Nm en el cigüeñal entre las 1.750 y las 2.500 rpm. El motor gira silencioso y con un equilibrio extremado, exprime enérgicamente los regímenes más bajos y responde inmediato al acelerador. El soberano despliegue de potencia del que hace alarde le otorga un carácter fascinante y muy propio: el de un poderoso y hábil motor deportivo.
Al acelerar, el Audi TT Coupé 2.0 TDI quattro se desmarca sin esfuerzo de todos sus competidores con motor de gasolina, el salto de los cero a los 100 km/h lo realiza en tan sólo 7,5 segundos. No es hasta alcanzar los 226 km/h que su velocidad queda limitada electrónicamente.
Por su parte, el TT Roadster acelera en 7,7 segundos hasta los 100 km/h y alcanza una velocidad máxima de 223 km/h.
En cuanto a su consumo medio, los dos primeros deportivos Diesel del mundo consumen solamente 5,3 y 5,5 litros a los 100 km respectivamente y mantienen un nivel de emisiones consecuentemente bajo: sólo 140 y 145 g/km de CO2. Con ello establecen una nueva marca que supone un salto absolutamente cuántico en el ámbito de los coches deportivos. Con el motor TDI introducido en la gama TT, Audi demuestra una vez más su posición líder en el sector de la tecnología Diesel. La marca de los cuatro aros continúa desarrollando nuevos avances, y lo hace desde la cima.
En aras de un rendimiento deportivo consecuente, Audi combina sus dos deportivos Diesel con cambios manuales de seis marchas que posibilitan maniobras de corto recorrido rápidas, cómodas y exactas, al tiempo que alcanzan un alto grado de efectividad. Sus cajas se han fabricado en una ligera fundición de magnesio, un material de alta tecnología. La transmisión de la fuerza ha sido adaptada al carácter del motor TDI con una relación final algo más larga.
En vista de sus elevados pares, Audi ha decidido proveer a las dos nuevas variantes TT de una tracción integral permanente quattro de serie. Su piedra angular es un embrague multidisco de accionamiento mecánico y control electrónico, que favorece una repartición del peso con mayor carga sobre el eje trasero.
En situaciones normales, este tipo de embrague reparte la fuerza del motor en un 85 por ciento al eje delantero y un 15 por ciento al eje trasero; en situaciones extremas es capaz de transmitir hasta el 100 por cien de la fuerza a uno solo de los ejes.
Deportividad sin renuncias: el concepto total
La estrategia de eficiencia de Audi implica también una lógica reducción del peso. Ambos deportivos son extremadamente ligeros: el peso en vacío del TT Coupé de 2+2 plazas gira en torno a los 1,370 kilogramos, unos 1,415 kilos en el caso del biplaza TT Roadster con su capota de lona. Y ello gracias a la innovadora construcción híbrida de la carrocería desarrollada por Audi: en la parte delantera, la estructura está fabricada en aluminio según el principio Audi Space Frame mientras que en la parte trasera se ha empleado acero. Esta solución garantiza una máxima rigidez y una repartición ideal de la carga sobre los ejes.
Tanto el Audi TT Coupé como el TT Roadster son deportivos dinámicos y emocionales. Al igual que sucedía con sus predecesores, sigue fascinando su vigoroso diseño, cuya dinámica fluye y se extiende hasta impregnar también el habitáculo. El cockpit es una continua cita al clásico diseño circular del TT, el volante, achatado en su parte inferior, se adapta perfectamente a la forma de la mano. Los asientos deportivos van montados en una posición baja, transmiten una sensación especialmente deportiva y ofrecen una excelente sujeción lateral. En el caso del Coupé, el respaldo de la banqueta trasera puede abatirse, de manera que el volumen del maletero incrementa de los 290 a los 700 litros de capacidad. Como opcional, el Roadster (250 litros de capacidad) puede incorporar una práctica apertura de carga a bordo.
También el tren de rodaje deportivo demuestra una dinámica suprema. La suspensión de las ruedas delanteras, alojada en un portaeje de aluminio, presenta una ancha vía de 1,572 milímetros. La directa y ultraprecisa dirección de cremallera une al conductor estrechamente con la calzada. Su dirección asistida disminuye a medida que aumenta la velocidad: este sistema de asistencia no viene de la mano de una bomba hidráulica sino, más eficiente todavía, de un motor electromecánico.
Los resortes cilíndricos y los amortiguadores del eje trasero de cuatro brazos se han dispuesto por separado. También los brazos presentan ligeros cambios: los brazos longitudinales absorben las fuerzas de propulsión y de frenado, y han sido ajustados de forma relativamente suave en beneficio del confort; los tres brazos transversales de cada rueda, por el contrario, presentan una unión rígida para poder dirigir con precisión las fuerzas transversales a la carrocería.
El Audi TT Coupé 2.0 TDI quattro y el Audi TT Roadster 2.0 TDI quattro ruedan de serie con llantas de fundición de aluminio de 16 pulgadas, acompañadas de neumáticos en dimensiones 225/55 R 16. Tras las ruedas descansan grandes frenos de disco cuyas pastillas desarrollan coeficientes de fricción especialmente altos. El programa de estabilización ESP en el TT proporciona un comportamiento del volante neutro que tiende al subviraje, de este modo se completa el conjunto de fascinante dinámica, excitante placer de conducción, seguridad y estabilidad.
La amortiguación de alta tecnología Audi magnetic ride está disponible como opcional: un sistema adaptativo que pone punto final al eterno conflicto entre confort y dinámica de marcha. Por los pistones de los amortiguadores circula un fluido con partículas magnéticas capaz de variar, aplicando una determinada tensión, la orientación de las partículas magnéticas contenidas en el mismo en cuestión de milisegundos. Esto modifica el comportamiento total del fluido y con ello las características de amortiguación. Mediante un interruptor, el conductor puede elegir entre los programas “Normal” o “Sport”.
Estilo distinguido: el equipamiento
El equipamiento de serie de las dos nuevas variantes TT refleja el carácter deportivo y el distinguido estilo típico de la gama. En el espacio interior del TT resplandecen inserciones de color gris y distintos componentes en diseño de aluminio. El volante deportivo va envuelto en un revestimiento de cuero napa. El climatizador automático de serie montado en el TT Coupé regula la calefacción y la ventilación dependiendo de la posición del sol. El sistema de información al conductor y el equipo de audio chorus completan el equipamiento de serie.
En cuanto a los equipamientos opcionales se puede elegir entre una amplia gama de soluciones de alta tecnología como pueden ser los asientos delanteros regulables eléctricamente, el sistema de iluminación dinámica en curva adaptive light, dos sistemas de navegación diferentes, cuyo manejo se apoya en el concepto MMI -un sistema de manejo sin igual entre la competencia- o múltiples equipos de audio de la más nueva generación.