Noticia
16-10-2006
De las carrocerías de aluminio a las momias egipcias
.- Audi investiga mediante el uso de tomógrafos computerizados
.- El sistema de Neckarsulm aporta fotografías tridimensionales con todo detalle
.- Un ibis embalsamado de 2000 años de antigüedad, el primer “paciente”
Ningún sistema había sido capaz hasta la fecha de investigar las carrocerías en Audi con tal precisión: con una exactitud a la micra, o lo que es lo mismo, a una proporción equivalente a la centésima parte de un cabello. Un tomógrafo computerizado (CT) configurado específicamente en la sede de Audi de Neckarsulm es capaz de monitorizar no sólo componentes individuales, sino – lo que le hace verdaderamente único – la carrocería de un automóvil al completo. La posibilidad de examinar objetos sin tocarlos ni deteriorarlos ha hecho que el sistema CT de Audi se haya utilizado para examinar a un “paciente” muy especial: un ibis momificado, de unos 2.000 años de antigüedad, de Abydos (Egipto), que aportó el Museo Hesse State, de Darmstadt.
El Doctor Erwin Keefer, del Museo Württemberg State, está impresionado por las primeras fotografías de este excepcional objeto de la antigüedad. “Es la primera vez que se muestran imágenes de un objeto momificado en Alemania utilizando un sistema CT industrial. Las imágenes de alta resolución logradas son de gran ayuda en nuestra investigación”.
Keefer califica el sistema CT de Audi como la herramienta más innovadora para la investigación de objetos momificados. Hasta ahora sólo había sido posible obtener fotografías en dos dimensiones por rayos X. Con el sistema CT, las fotografías obtenidas tienen una definición 50 veces mejor. Pueden servir de gran ayuda, incluso, a la hora de examinar la presencia de ácaros o pulgas en las plumas del ave momificada.
Las fotos del ibis aportan al equipo de investigadores una información detallada acerca del estado general de conservación de este ave sagrada del antiguo Egipto. Keefer y su equipo son, por tanto, capaces de alcanzar conclusiones acerca de la piel y su superficie, el contenido del estómago, los músculos, órganos vitales y vértebras cervicales. Se trata de una información muy precisa, a un nivel celular, pero que había permanecido inaccesible cuando el único material de trabajo eran las imágenes en dos dimensiones aportadas por los rayos X.
La taxidermista del Museo Hesse State de Darmstadt, Michaela Kurbel, también cree que la tomografía computerizada aporta grandes ventajas. “Ahora se puede desenvolver completamente una momia sin necesidad de destruirla exteriormente y dejándola intacta”. Combinando esta tecnología con una animación en 3D incluso de podría hacer volver a volar virtualmente al ibis sagrado.
Los ibis del Antiguo Egipto figuran entre los animales más momificados. Era habitual tener muchas de estas aves en cautividad para que pudieran ser embalsamadas y depositadas como ofrenda tras su muerte, porque se consideraban la personificación del dios Thot.
Pero la verdadera razón de la existencia del sistema CT de Audi en Neckarsulm, valorado en cerca de un millón de euros y con un peso de diez toneladas, es la de examinar con el máximo nivel de detalle posible las técnicas de fusión del aluminio y los métodos de construcción a base de materiales ligeros. Los rayos X se proyectan en los cordones de soldadura, juntas prensadas, soldaduras laser o piezas remachadas. “Esta tecnología abre la puerta a la posibilidad de examinar diferentes piezas sin que haya contacto alguno y, por tanto, de la manera más precisa”, explica el Doctor Manfred Sindel, del Departamento de Calidad de la Tecnología del Aluminio de Audi.
Hasta la llegada de esta tecnología se hacía imprescindible seccionar diferentes componentes, separándolos de la carrocería, para efectuar sobre ellos un adecuado control de metrología. El sistema CT posee una amplia gama de aplicaciones, desde la evaluación de minúsculos componentes elec trónicos de tres milímetros de diámetro hasta componentes de una carrocería de más de cinco metros de longitud.
Mientras los pacientes permanecen tumbados para su examen a través de la tomografía computerizada, los objetos de aplicación industrial se presentan erguidos en una estructura giratoria. Para hacer posible que se examinen componentes especialmente voluminosos, como la carrocería completa de un vehículo, Audi ha adaptado su sistema a los requerimientos específicos de la industrial del automóvil. De este modo, esos componentes de gran tamaño se fijan a un robot que los sitúa en la posición deseada.
Mientras el objeto en cuestión es rotado en su exposición al rayo X, el tomógrafo computerizado compila imágenes desde entre 100 y 1000 ángulos diferentes. Para ello, el objeto a examen se posiciona entre la fuente emisora del rayo X y un detector de ese tipo de rayo que lo convierte en señales eléctricas y compila lo que se conoce como sombragrama. La reconstrucción tridimensional obtenida a partir de ello permite disponer de muchos más ángulos de visión. Se puede, de este modo, cortar una sección virtual del objeto con la ayuda de un ordenador o recorrer su contorno para hacerse una idea exacta de sus propiedades físicas desde cualquier perspectiva.
El tomógrafo computerizado está emplazado en un habitáculo a prueba de radiación de 45 metros cuadrados y su manejo se encomienda a personal con formación específica. Ésta abarca, en primer lugar, el funcionamiento básico y el mantenimiento de la planta, evaluación de medidas a través del software adecuado y medidas de protección frente a la radiación de rayos X.
El objetivo particular del Doctor Michael Brodmann, responsable del proyecto, y de su equipo era el de acortar en la medida de lo posible los procesos de trabajo con el apoyo de este sistema. Ello incluye tanto la propia investigación como el análisis pormenorizado de los resultados.
La tecnología de producción de la carrocería del Audi A8 es uno de los procesos evaluados con el apoyo del sistema CT. A lo largo de un año son varias las carrocerías completas que se investigan, midiéndose cada detalle de sus miles de soldaduras y prensados de manera absolutamente inocua, es decir, sin que nada llegue a alterarse por el contacto.
“Asimismo, el sistema se usa para proyectos en los que se definan estándares de calidad y para producir prototipos de componentes nuevos”, añade Brodmann. Incluso la investigación de un “paciente” tan peculiar como el ibis momificado aporta beneficios según Brodmann. “Ello nos permite comprobar el funcionamiento del sistema en campos y sujetos muy diferentes a los que nos ocupan habitualmente y amplía nuestra experiencia tanto a la hora de mejorar en el manejo del sistema como al procesar los datos obtenidos”. Tal vez llegue un día en el que el CT se utilice para examinar al detalle un verdadero Faraón.