Noticia
31-07-2002
El equipo olores de Audi establece estrictos estándares para los vehículos de la marca
Pioneros en el análisis de olores, investigan todos los aromas de los modelos nuevos, evaluándolos desde “inodoros” hasta “insoportables”
Acercan su nariz a todos los rincones del coche, ya que ese es parte de su trabajo habitual . El Equipo Audi de Olores, al que se conoce coloquialmente como el “equipo nariz”, investiga y localiza aromas desagradables en los distintos modelos Audi, y asegura un olor adecuado en cada uno de ellos. Los elementos y acabados plásticos que provocan olores desagradables, el cuero que tiene aroma a aceite de pescado o las alfombrillas que huelen a cebolla no tienen posibilidad alguna de ser montados en Audi. Lo mismo se aplica a los materiales que pudieran provocar emisiones que afectaran a la salud de los ocupantes. Cerca de 500 componentes del interior de los vehículos son analizados por la capacidad olfativa de la nariz. Audi aplica los estándares más estrictos en la lucha contra los olores desagradables y es un punto de referencia dentro de la industria.
“No debe haber y no habrá un coche sin ningún tipo de aroma interior. Ni siguiera es deseable. A un cliente tampoco le gustaría sentarse en un coche absolutamente insonorizado,” explica Heiko Lü?mann-Geiger, químico diplomado y director del “equipo nariz” de Audi. El vehículo ha pasado a convertirse en el símbolo de una percepción emocional. “Es tanto el tiempo que se pasa dentro de ellos que las percepciones sensitivas son muy importantes,” asegura Lü?mann-Geiger. Por lo tanto, un automóvil nuevo siempre debe tener un aroma típico, pero nunca desagradable. Y los que los establecen son los especialistas olfativos.
El equipo básico está compuesto por cinco personas, con tres narices femeninas y dos masculinas. Un dato importante: el equipo no sólo participa al inicio del desarrollo de los nuevos modelos, también controla continuamente la alta calidad del olor de los vehículos de producción. Para ello, vehículos elegidos al azar son retirados de las líneas de producción casi a diario, e intensamente olfateados en el laboratorio de analítica química. La escala de evaluación tiene seis grados. El primero significa “inodoro” y el sexto “insoportable”.
El procedimiento de las pruebas se realiza de la siguiente forma: primero se corta una sección de un componente. Estos “especímenes de componentes” son luego colocados en un frasco con un precinto inodoro. Lü?mann-Geiger apunta: “Los frascos de precinto que utilizamos son normales, comprados directamente en una ferretería.” Suena sencillo y también lo es. Estos contenedores precintados son ideales para las pruebas de olor, ya que son completamente inodoros.
El frasco sellado es calentado por encima de los 80 grados Celsius durante más de dos horas. A partir de ese momento comienza la evaluación. Cada uno de los integrantes del equipo abre ligeramente el precinto, huele en el hueco entre tapa y frasco y vuelve a cerrar. Luego pasa rápidamente la muestra a la próxima nariz, para que no haya diferencias de temperatura apreciables. Cada probador realiza su evaluación que queda anotada en un papel. El resultado final es el valor medio de todas las evaluaciones realizadas.
El análisis aromático que se realiza en Audi no se limita a las pequeñas piezas. Con el fin de poder establecer las distintas influencias e interrelaciones entre diversos componentes y materiales, el análisis también se efectúa a los componentes completos de un salpicadero, por ejemplo son inspeccionados en una cámara de calor de acero inoxidable de un metro cúbico. La prueba se realiza por medio de una manguera conectada a la cámara, al final de la cual hay una máscara de cristal, de forma tal que los olores ambientales no puedan afectar la evaluación.
El paso final es la evaluación del vehículo completo: e l interior del vehículo es calentado por medio de grandes radiadores. El “equipo nariz” realiza una evaluación general tratando, al mismo tiempo, de identificar componentes que tengan un aroma intenso. “Este test general es necesario para asegurar que varios aromas neutros de diversos componentes, al mezclarse, no provoquen un olor desagradable,” asegura el jefe del equipo.
Al finalizar esta serie intensiva de pruebas se obtiene una impresión definitiva del aroma del coche. Cada parte de un Audi tiene buen olor, o cuanto menos, un olor neutro. Se produce esa mezcla que tan bien conoce el cliente, a “coche nuevo”. La posibilidad de provocar conscientemente ciertas fragancias especiales “frescas” o “florales” –en otras palabras, un diseño especial de fragancia– no es ofrecida por Audi. El jefe del equipo explica la razón por la que no se lo utiliza: no existe un aroma especial que sea universalmente agradable. El que es muy placentero para una persona puede percibirse de forma desagradable por otra.”